Por Prof. Fernando Pérez*
Térraba se deriva de la palabra boruca Dí Crí, en Broran Diquís significa “agua grande”. En sus orillas se situaron los territorios de La Vieja, Curré, Lagarto, Pilas, Térraba, Potrero Grande, Clavera, Boruca, Puerto Nuevo, Cajón y Palmar de los Indios, pueblos que con frecuencia visitaban “El Pozo”, hoy Ciudad Cortés.
El río Térraba guarda grandes historias y leyendas, además es fiel testigo de las aventuras que vivieron los navegantes.
Cuentan los Borucas que el Térraba tiene un dueño llamado Dív Sújcra, significa “protector de las aguas”. Es un gran espíritu que se trasmuta en múltiples seres cosmológicos a la vez. El Dios Sibú, lo envió en traslúcidas figuras de oro, para vigilar que los hombres hagan uso racional de los recursos del río; si abusan serán castigados.
En 1960, era común ver en su cauce muchos barquitos empujados por canaletes y varillas, viajando desde el sitio la Vieja, hasta su desembocadura. Por lo peligroso del trayecto los navegantes viajaban en grupos para ayudarse y protegerse de los peligros. Sin embargo, hubo viajeros que no regresaron porque fueron atacados por algún animal, se ahogaron o perdieron sus productos al volcar sus botes en lugares muy torrentosos. De regreso los moradores se quedaban a dormir en “Canchen” hoy conocido como Cajón.
Los indígenas Borucas viajaban al mar, producían la sal que ocupaban, pescaban y cazaban. Sus mujeres obtenían los tintes que utilizaban para teñir los hilos de algodón usados para tejer las hermosas telas de sus vestidos.
* Artista originario de la Región Brunca quien desde temprana edad declara un apasionado arraigo con su identidad cultural. Su arte muestra el entusiasmo dedicado a la constante investigación de nuestras sociedades indígenas para comprender y mostrar la conexión cosmológica prehispánica con el universo.