Además de ser un excelente entrenamiento, Zumba es divertido. Al ritmo de salsa, flamenco y de merengue, uno se siente más como en una fiesta que haciendo ejercicios. No es necesario ser un gran bailarín para sentirse bienvenido en una clase de Zumba. Obtendrá un gran ejercicio de cardio que derrite la grasa, fortalece su corazón y mejora la flexibilidad.
Sandy Segal, una entrenadora física de Ontario Canadá, regresó a su amada Ojochal compartiendo su pasión por bailar con los vecinos de la pequeña ciudad. Tomando elementos de Zumba y Arriba, motivó a su grupo de bailarines a moverse hacia el sonido y vibrar de alegría.
“Zumba me ayudó a dejar de fumar hace 4 años y medio, y ahora estoy llevando una vida muy activa nuevamente”, nos dijo. “Desafortunadamente, mi perro Freud, de 14 años y medio, murió hace solo unas semanas. Todavía me duele el corazón”. Cuando surgió la oportunidad de contribuir con DAWG (Grupo de Bienestar Animal Doméstico), ella y sus bailarinas acordaron al unísono: Apoyaremos esta gran iniciativa. Entonces, al final del curso, las donaciones llenaron una cajita especialmente preparada.
Sud en Ojochal proporcionó espacio en su restaurante y salón. Aquí durante una cena es donde dichas contribuciones fueron entregadas a Shawnell Parker, quien quedó muy sorprendida ya que hasta el momento no sabía de qué se trataba la reunión.
“Estoy muy impresionada por la generosidad del grupo. Estos fondos son muy apreciados para cuidar de nuestros perros y gatos huérfanos”, dijo la presidenta de DAWG. Sandy y John Miller se casaron en Montezuma, estuvieron buscando un hogar en Costa Rica por los últimos 15 años. Finalmente se sintieron muy atraídos por la ciudad de Ojochal, donde la gente es tan amable y siempre saluda a todos. “Volveremos en noviembre, es una promesa”.
Por Dagmar Reinhard
INFO: Sandy Segal – Facebook