Al terminar mis estudios, se suponía que tenía que encontrar un ‘buen trabajo’ y trabajar duro hasta llegar al éxito que significaba: obtener un salario alto, un puesto bien reconocido por los demás, ojalá en una empresa ‘sólida’ que me traería suficiente ‘seguridad’ para vivir eternamente feliz. Pero sentía que algo faltaba detrás de todo este concepto. Así que tuve que re-evaluar mi definición de trabajo. Recuerdo las palabras de Jalil Gibran: “El trabajo es el amor hecho visible”.
En este ‘mundo moderno’ estamos inconscientemente programados para creer que el trabajo es un método para obtener el dinero necesario para consumir. Aun estando de acuerdo con el hecho de que es necesaria una compensación por nuestros servicios, sentía que la idea estaba incompleta. Encontré un texto budista mencionando que el concepto de ‘trabajo’ debería tener tres valores: belleza, beneficio y bondad. Decía que idealmente deberíamos obtener un trabajo que nos guste (belleza) brindándonos seguridad financiera (beneficio) y en el cual pudiésemos contribuir con la sociedad (bondad).
Si trabajamos solamente porque queremos dinero,perdemos de vista la razón principal de la existencia del trabajo: contribuir con los demás y vivir dando nuestro mayor potencial. Trabajar significa una oportunidad para conocer y refinar nuestros talentos únicos, para poner en acción aquello que es importante para nosotros y para compartir creativamente nuestra bondad e inteligencia con los demás.
Siéntete orgulloso de tu trabajo, agradecido por tener la capacidad de servir a quienes te rodean. Utiliza tu trabajo como método para expresar todo el poder creativo interno y no olvides que es tu legado personal que dejaras al mundo, “así de importante es”.