Don Fernando, el ultimo pescador de Bahía
En el pueblo lo llaman Casco, el vino hace 30 años desde Quepos a Bahía – Uvita, Costa Ballena. En aquel entonces trabajaba como capitán en un barco de 39 pies y con una tripulación de seis hombres.
En ocasiones, llegaron a pasar hasta 22 días mar adentro, normalmente sólo 8 días, porque la pesca solía ser excelente y la embarcación se llenaba rápidamente.
“Conozco más del mar que de la tierra”, dice Fernando, “he recorrido las costas desde Nicaragua hasta Panamá”. Cada segundo día, truene o relampagueé, sale al mar con su pequeño bote, el Águila Solitaria el cual tiene 22 años con él. “Una vez”, recuerda, “estuvimos 4 días a la deriva en alta mar porque una propela (hélice) se había perdido”.
Le encanta ir a pescar durante la luna llena, ya que los peces pican más fácilmente. Además, se pueden ver delfines y ballenas, nadando bajo la superficie, y a veces es posible escuchar su canto. Hoy los pescadores van con sus lámparas de LED, el GPS y hasta gas para cocinar. Antes nos llevábamos una lámpara de canfín (petróleo), la brújula y un anafe (un hornillo portátil de hierro) para cocinar en el mar.
“Los pájaros son de gran ayuda, muchas veces me han indicado el paso de un pez grande. Claro, pesco para comer – pero admiro la belleza y la valentía de los habitantes del mar”.